Betzabé Alejandra Espinoza es una venezolana de 43 años que, después de probar suerte en varios lugares, se estableció en Medellín y decidió emprender su propio negocio. ¡Lee más sobre la imparable voluntad de ‘Blueberry Cakes’!
“De reportera a repostera”, dice Betzabé con gracia y se ríe. Antes de dedicarse a su propio emprendimiento en Medellín, pensando en estar más cerca de Venezuela y de sus hijos, trabajó 16 años como periodista en diferentes medios de comunicación en su país, pero desde que emigró tuvo el sueño de emprender.
Betzabé explica que tenía muchas cosas en contra para crear su propia empresa: ser migrante, conseguir la documentación y la edad. Sin embargo, ella se define como alguien que busca alternativas. “Yo soy una persona que le busca solución a los problemas y no problemas a la solución”, dice.
Cuenta que, por mucho tiempo, pensó que solo sabía hacer un oficio: escribir y hablar, pero con la migración pudo despertar esa pasión por la pastelería que, si bien le gustaba desde antes y hacía cosas en su casa, nunca la vio como una profesión para su vida. Incluso, manifiesta: “No me ha afectado para nada el no ejercer mi carrera porque creo que esa etapa la viví intensamente”.
De rosas y espinas
Antes de disfrutar de ‘ Blueberry Cakes ’, Betzabé vivió un tiempo en Perú y Argentina y, al llegar a Medellín, trabajó en un puesto de comida rápida. Mientras vendía en el puesto notó que el tema del emprendimiento estaba tomando fuerza y comenzó a pensar en planes de negocio.
Primero, puso su puesto de comida rápida y le estaba yendo muy bien, pero con la pandemia tuvo que cerrar. Luego consiguió trabajo en una panadería saludable y allí aprendió todo sobre el tema y encontró una gran pasión; hubo semanas en las que hacía hasta 50 bizcochos. Así reafirmó su sueño de emprender y comenzó a forjar su propio destino.
“Dios me ha puesto en tantos caminos. A veces hay espinas, pero detrás de esas espinas también hay rosas”. Desde que salió de Venezuela ha enfrentado muchos retos y ha encontrado muchas satisfacciones.
La dulce crema
Fue en enero del año pasado cuando tomó la decisión definitiva sobre el nacimiento de ‘Blueberry Cakes’ y adaptó diversas recetas. Su emprendimiento empezó con dos moldes y una batidora.
Al respecto menciona que “a veces tenemos miedo de emprender porque no tenemos 50 millones de pesos, pero cuando trabajamos con las uñas cuidamos más los recursos”.
Hace parte de Empropaz hace un año y ha aprendido sobre proyección y manejo de presupuestos y costos, pues cuando empezó vendía muy barato. Además, el acompañamiento para registrar la empresa y el aspecto psicosocial han sido fundamentales.
“A mí me ataca mucho el tema de la ansiedad y la depresión, ser mamá emprendedora es un poco difícil, pero recuerdo las herramientas que me han recomendado los asesores”, menciona Betzabé y agradece el proceso.
Su carisma y su disciplina hacen que tenga una voluntad imparable y sus conocimientos de comunicación en redes sociales facilitan diversos procesos comerciales. Hoy vive con sus dos hijos, de 10 y 18 años, y, a pesar de los obstáculos, afirma con alegría que su única fuente de ingresos es su emprendimiento. Por eso, dice que se siente muchísimo más plena que cuando trabajaba como jefa de Comunicaciones.
“Me siento más libre y más autónoma acá porque esto es mío, me siento empoderadísima con mi libertad financiera y flexibilidad de tiempo”, puntualiza.
Una torta de más pisos
Durante estos meses ha conseguido clientes importantes y no le falta el trabajo, a la semana hace entre 10 y 15 tortas. Ahora trabaja para pulir sus habilidades y llegar al nivel de Buddy Valastro, un famoso repostero, y fortalecer su presencia en redes sociales, atendiendo a las nuevas tendencias.
Su sueño a mediano plazo es tener un local propio para más adelante conseguir un salón de eventos y ofrecer paquetes, como un cáterin o servicio de alimentación colectiva. Así mismo, quiere implementar una línea saludable para quienes quieren cuidarse y para quienes, por cuestiones de salud, no pueden ingerir algunos ingredientes.
Gracias a la imparable voluntad de Betzabé, ‘Blueberry Cakes’ se consolida como una empresa sólida que lleva por sello el ímpetu de una mujer que está forjando su propio camino.
