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Microempresarios que no cuentan con habilidades de lectoescritura ya se capacitan gracias al programa Empropaz

  • Cada 8 de septiembre se conmemora el Día Internacional de la Alfabetización, de acuerdo con la UNESCO. Para este año la celebración tendrá el lema ‘Promover la educación multilingüe: la alfabetización para el entendimiento mutuo y la paz’.

  • Emprendimientos Productivos para la Paz (Empropaz) trabaja desde hace seis años para llevar inclusión financiera y formación especializada hasta 92 municipios en todo el país, donde ha adaptado su metodología de enseñanza para que microempresarios que no saben leer ni escribir puedan capacitarse.

  • A la fecha, más de 10.400 emprendedores y microempresarios de 17 departamentos afectados por la violencia y la pobreza han desarrollado habilidades empresariales para hacer realidad sus ideas de negocios y fortalecer unidades productivas.

Bogotá, 6 de septiembre de 2024 – El Día Internacional de la Alfabetización se celebra cada 8 de septiembre como recordatorio de que saber leer y escribir es un primer paso imprescindible para garantizar el derecho a la educación y, también, de que es la puerta de entrada para acceder a los Derechos Humanos, según la UNESCO.

Aun así, de acuerdo con la ONG Manos Unidas, en el mundo (para el año 2022) al menos uno de cada siete adultos mayores de 15 años carecía de habilidades básicas de alfabetización, lo que corresponde a 763 millones de personas. Y en Colombia los desafíos no son menores, pues según el Dane el indicador de analfabetismo en los hogares fue del 7,5% (en las cabeceras municipales el dato fue de 5%). Es por ello por lo que la meta del Gobierno para 2026 apunta a alfabetizar a 800.000 personas que corren el riesgo de vivir en condiciones de pobreza por la imposibilidad de acceder a la educación y, posteriormente, a un trabajo en condiciones óptimas.

Frente a este panorama, Bancamía -entidad de la Fundación Microfinanzas BBVA- en alianza con USAID, la Corporación Mundial de la Mujer Colombia y la Corporación Mundial de la Mujer Medellín/De Mis Manos, han venido trabajando con su programa Empropaz por medio de la formación empresarial personalizada y de procesos de inclusión financiera en condiciones especiales para llevar oportunidades de desarrollo sostenible a microempresarios vulnerables en zonas afectadas por la violencia y la pobreza. Algunos de ellos no cuentan con habilidades de lectoescritura, lo que ha llevado a implementar innovadoras estrategias de enseñanza.

A hoy, el programa ha atendido a más de 10.400 personas de las cuales un 35,5% solo ha cursado hasta secundaria y el 45% corresponde a mujeres cabeza de hogar. Así mismo, un 29% manifiesta pertenecer a alguna comunidad étnica (pueblo indígena, comunidad afrocolombiana, entre otros).

Adicionalmente, Empropaz reporta que, al ingresar al programa, un 39% de los participantes se encontraba en pobreza extrema. Así mismo, quienes ya finalizaron su ruta, han logrado un incremento del 84% en ventas, del 70% en utilidades y de un 164% en los activos de sus negocios.

Para Empropaz, la flexibilidad metodológica es fundamental para un correcto ejercicio pedagógico de acuerdo con el perfil de cada participante. Es por esto que, a través de su modalidad virtual Empropaz en Línea se han atendido a más de 1.500 personas, 76% mujeres y 12% con primaria a lo sumo.

Así mismo, la adaptación del sistema de enseñanza ha permitido que personas como José Alcibíades Cárdenas, quien es una de las personas sin habilidades de lectoescritura que atiende el programa, puedan capacitarse en temas como contabilidad, marketing digital, innovación de productos y desarrollo organizacional, entre otros, para así obtener los beneficios de poseer conocimientos y herramientas para desarrollar una sólida estrategia de negocio.

Con dibujos, José Alcibíades se convirtió en un exitoso microempresario

José Alcibíades Cárdenas es un emprendedor de 57 años quien, debido a la situación económica de su familia, en su infancia no pudo acceder a la educación y por tal razón creció sin saber leer ni escribir. A lo largo de su vida se dedicó a trabajar como jornalero en diferentes fincas de Puerto Boyacá (de donde es oriundo). En el campo aprendió a elaborar embutidos de carne de cerdo y de res y, además, desarrolló un gusto especial por la preparación de chorizos. Pero en 2017, él y su familia fueron desplazados por la violencia y se vieron obligados a migrar a San Vicente del Caguán (Caquetá). Allí, dotado de una habilidad natural para preparar deliciosos chorizos, se aventuró en el mundo del comercio y adquirió un carro ambulante. Ahí arrancó su emprendimiento ‘Chorizos el gordo’.

Cinco años después, José se unió a Empropaz, un programa transformador que ha marcado la diferencia en la vida de emprendedores que se encuentran en zonas afectadas por la violencia y la pobreza. A pesar de no haber tenido la oportunidad de estudiar y de no tener habilidades lectoescritoras, este emprendedor inició con entusiasmo su formación, la cual realizó bajo una metodología adaptativa que fue desarrollada especialmente por su asesora empresarial para facilitarle el proceso de aprendizaje por medio ejemplos y ejercicios en los que se usaron dibujos y referentes cercanos que le ayudaran a comprender los temas.

“El proceso con José significó adaptar nuestro método de enseñanza al estilo de aprendizaje que él necesitaba. Implementamos muchas metodologías didácticas como estrategias con dibujos, actividades de imitación, mapas mentales para crear conexiones”, afirma Ximena Herrera, Oficial de Productividad de Empropaz para el departamento del Caquetá, quien se encargó de acompañar al emprendedor durante su proceso formativo.

Sin embargo, las finanzas siempre fueron un terreno conocido para José. Empropaz lo guió hacia un manejo más eficiente del dinero. Actualmente, y gracias al programa, él está pensando en la posibilidad de validar su bachillerato, ya que tiene claro que la educación contínua es la clave para el crecimiento sostenible de su negocio.

Uno de los cambios más grandes que tuvo su emprendimiento fue en la imagen que proyectaba. Además, José identificó a sus competidores, forjó alianzas estratégicas y definió metas claras con el apoyo integral de Empropaz. “Gracias a Empropaz pude adquirir un triciclo con un parasol, comprar materia prima e impulsar mi negocio”, relata José Alcibíades. Y es que, gracias al proceso pedagógico, va por su segundo crédito otorgado por Bancamía para seguir invirtiendo en su negocio.

Hoy en día José -sin duda- es un empresario que ha logrado aumentar las ventas de su negocio superando las barreras que le han impedido acceder a educación. Ximena aún recuerda con agrado cómo el día en el que le desembolsaron el primer crédito semilla se fue a negociar y a comprar su carro propio, demostrando independencia y, también, que los objetivos del programa se estaban cumpliendo. “Para lograr este proceso de alfabetización empresarial son fundamentales dos cosas: la primera, adentrarnos en el sistema cultural de la persona y, la segunda, tener mucha disponibilidad de escucha”, concluye con emoción Ximena para quien su pupilo es un ejemplo a seguir para otros emprendedores de San Vicente del Caguán.

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