‘Dobé Costura Artesanal’ es un negocio dedicado a la producción de artículos tejidos en croché, ubicado en el municipio de Apartadó, el cual nació del proyecto de grado de Karen Cuadrado como administradora de empresas en la Universidad de Antioquia, allí su asesor de práctica la alentó para que consolidara un emprendimiento con su arte que, hasta ese momento, solo había sido un pasatiempo.
Karen recibió acompañamiento de Parque E, incubadora de negocios de la Universidad, y de la Cámara de Comercio. Después fue su asesor quien la conectó con el programa Emprendimientos Productivos para la Paz, Empropaz, por medio del cual pudo seguir desarrollando su emprendimiento.
La formación académica, el apoyo de organizaciones especializadas y, por supuesto, la oportunidad que le ofreció Empropaz para fortalecer su negocio de manera integral, han sido claves para su crecimiento profesional y personal.
El empujón de Empropaz
Con Empropaz ha recorrido un camino muy importante para ‘Dobé’: su cambio de nombre —antes Dulces Destellos—, proyecto de vida, un crecimiento emocional y profesional y el crédito semilla. El préstamo fue concebido para tomar una oportunidad en medio de lo que parecía una crisis.
“Yo fui una de las primeras en incursionar en la zona con los bolsos, a darme a conocer con ellos (…). Luego, cuando comencé a ir a ferias, me di cuenta de que ya había muchos más bolsos tejidos con trapillo, entonces fui consciente que ya no era un mercado en el que estaba sola, sino que ya había mucha gente”, recuerda Karen. En lugar de desanimarla, este escenario retador la impulsó a identificar nuevas oportunidades y fue por tal razón que solicitó el crédito y se convirtió en proveedora de trapillo para emprendimientos emergentes, pues es un material difícil de conseguir en Apartadó.
Esto ha fortalecido a ‘Dobé’, pues ahora es una gran fuente de ingresos para su economía familiar. Karen considera que programas como Empropaz juegan un papel fundamental en el desarrollo de las mujeres en la región.
Empropaz ofrece la oportunidad de que las mujeres creen sus propios negocios: los asesores están dispuestos, el crédito tiene intereses muy bajos y el acompañamiento es de alta calidad.
“En la zona, iniciativas como Empropaz son muy importantes porque nos hacen darnos cuenta de que sí podemos”. Karen dice que es común que una mujer quiera incursionar en un arte y que su esposo le diga que no es bonito, pero que llega a programas como Empropaz y obtiene un reconocimiento muy especial por su producto. Lo que a largo plazo puede significar independencia emocional y económica.
Karen, empresaria y mamá
Además de ser una empresaria metódica y proactiva, también es mamá de Juan Andrés y María Isabel, de 16 y 14 años, respectivamente. Los dos contribuyen a consolidar el emprendimiento: Juan Andrés hace los domicilios y María Isabel teje productos.
Al respecto, Karen resalta: “María Isabel gana comisión por los bolsos que realiza y le pago el día cuando me ayuda en las ferias. Y como los clientes pagan los domicilios, eso se lo gana mi hijo”. Como madre, dice que es su granito de arena para enseñarles sobre el emprendimiento.
Por otro lado, ha sido maestra en temas de emprendimiento, ya que ha brindado capacitaciones particulares sobre economía e inclusión de nuevos productos a otros microempresarios de la región. Para ella es muy importante que todas sus actividades estén relacionadas con emprender porque de esta manera sigue enriqueciendo su propio proceso.
Karen Cuadrado es una mujer que inspira en su hogar y en su comunidad, como alguna vez una vecina lo hizo con ella. Aprendió a tejer cuando tenía 13 años, ahorró de su mesada para comprar la aguja y el hilo y su vecina Nubia le enseñó por varias semanas a cambio de una taza de tinto.
Claves en su proceso de emprendimiento
En estos años de emprender, Karen asegura que ha aprendido mucho, cómo evitar estancarse, dar mucho más de ella misma y que el sol brilla para todos. ‘Dobé’ también ha sido reconocido por su cuidado con el medio ambiente.
Gracias a que la mayoría de sus productos son elaborados con trapillo, material reciclable, cuenta con la certificación de negocios verdes de CORPOURABÁ. Este insumo viene de los sobrantes de las grandes fábricas de textiles, siendo un producto económico y flexible para trabajar.
Hoy se encuentra en la etapa legal con el registro de su marca y con el cambio de su identidad gráfica, temas a los que está dedicando toda su atención para luego seguir fortaleciendo sus redes sociales.
Además, quiere certificarse de forma oficial en ese conocimiento empírico para llegar a dar clases de croché a otras personas que quieran emprender. Y, claro, que su emprendimiento crezca lo suficiente para emplear a mujeres cabeza de familia. Karen y todo lo que ha logrado con ‘Dobé’ es una fuente de inspiración inagotable para otros emprendimientos y otras mujeres. Con el arte que adquirió gracias a su vecina y su perseverancia, logró sacar adelante a sus dos hijos, ser empresaria solidaria con su conocimiento y, además, preocuparse por cuidar el medio ambiente.
